.
Los más vendidos
Hay 146 productos.
Este trabajo se plantea qué correspondencia puede existir en el mundo contemporáneo entre formas de vida y formas urbanas y arquitectónicas, considerando que el campo más fértil en el que poder estudiar estas relaciones es la noción de espacio público. Este remite a una idea de delimitación y definición de recintos para la vida en común, esto es, lo que se ha llamado una arquitectura del perímetro. Para realizar dicho análisis sobre el terreno, la investigación toma como caso de estudio un muestrario de cinco ámbitos complejos de la ciudad de Sevilla, sin dejar de ponerlos en perspectiva con otros proyectos comparables en los períodos históricos a que corresponden.
Don Sebastián de Llanos Valdés (Sevilla, h. 1605-1610 + †1677) fue uno de los artistas que a pesar de permanecer a lo largo de su trayectoria profesional bajo la sombra de Zurbarán y Murillo, se convirtió en un pintor de notoria personalidad y categoría. De hecho, en su catálogo constan pinturas de notable calidad y propias de un gran maestro. Fue un autor que en su tiempo gozó de una notoria categoría social puesto que hubo de ser hidalgo y por ello pudo utilizar el tratamiento de "don” delante de su nombre y apellidos. A lo largo de cuarenta años, trabajó en Sevilla disfrutando de una considerable reputación, llegando a pertenecer a la Academia de Pintura. Su destacada generosidad se evidenció al asumir, de forma particular, gastos en beneficio de dicha institución.
La iglesia de San Luis de los Franceses está considerada como una de las obras maestras del arte barroco hispánico, sin embargo, no es un templo suficientemente conocido ni valorado por la sociedad sevillana. Era la capilla pública del noviciado de la provincia bética de la Compañía de Jesús y fue especialmente cuidada en su diseño y decoración porque la orden entendía que el noviciado era «la pupila de los ojos de la provincia». En su diseño fue crucial la labor de Leonardo de Figueroa con la supervisión de un escogido grupo de intelectuales jesuitas por lo que sintetiza las formas más avanzadas del barroco europeo con las características propias del arte andaluz, aunando movimiento y complejidad estructural con el color y la frescura de las técnicas decorativas locales